Escribir sobre la Feminidad
(Por Vida Morant)
El Cuerpo, el Género, el Transgénero, la Identidad.
¿Quién es capaz de agregar un punto final a la definición de Feminidad?
Más aún… ¿Existe acaso una “definición” al respecto?
Abordar ésta temática significa para mi la posibilidad de continuar abriendo puertas para despertar más interrogantes y permitir la construcción de nuevas respuestas, de la visibilidad de nuevas y antiguas discursividades, siempre diversas, únicas, irrepetibles y tan múltiples como miradas existan.Más aún… ¿Existe acaso una “definición” al respecto?
En la Obra Teatral “VACIAS, El Misterio de lo Femenino” he intentado abrazar una “Feminidad empírica”, que atraviese y deconstruya la autoritaria Normatividad de los Cuerpos,
la arbitraria asignación de los Roles,
la ilusoria Certeza acerca de las construcciones identitarias del género y de la sexualidad.
Re apropiarme de esa misma nominalidad (Mujer) en el seno de una tentativa casi reconciliatoria con el término mismo; aquel que aún hoy permanece ligado y circunscripto a espacios y formas establecidas desde los discursos científicos, doctrinarios y culturales.
Arribo a la concepción de una “Feminidad empírica” sin cuerpo, sin objeto fijo de elección sexual, sin habilidades prestablecidas ad hoc, sin colores rosados en los escarpines ni agujeros metafóricos en la representación funcional de las corporalidades.
Repienso al concepto de “Mujer” sin físicos con cánones
estéticos, sin estratos sociales adheridos de manera unívoca a la
vulnerabilidad, sin límites superyoicos al Goce, sin sub-clasificaciones
rotulantes y sin el sello fundante de la apoteótica Vagina.
Percibo al universo de lo Femenino como un Misterio lúdico que
no pretende dar respuestas categóricas, sino inmiscuirse en el terreno sensible
que conmueva todas las certezas duras.
Intento desplegar a través del imaginario creativo de ésta
propuesta teatral, la reafirmación de nuestra construcción identitaria; genuina,
soberana e irrevocable, en el pleno ejercicio de nuestro Deseo como valor
fundante de quiénes somos.
SOBRE VACIAS
(por Rápida como un Rayo)
“Quien es?” Preguntan ellxs desde el
círculo rojo (como corazón al que le han puesto sal, a modo de prevención de
embrujos, a modo de liberación de energías, predicción de efímeras
interpretaciones), después de que el timbre sonara incesantemente,
aunque con algunos intervalos, en la primordial salida de escape de la
interrogación de sí. Ese Quien? es dirigido, pero nunca revelado. “Quien soy
yo?” “Quien sos vos?” Y las respuestas son guiadas por quien interpela.
Sombras, sonidos, espejos (dobles) y nuevamente circulares. Algunas
infusiones intomables, una valija a medio hacer. Y el timbre. Otra vez. Es
mejor seguir pintando, es mejor seguir clasificando, es mejor seguir dudando.
Las tres partes de un todo sin cerrar jamás revelan en frases sentidos
múltiples de los cuales no se puede re-negar (o sí): me salgo de los bordes
porque la tela no me alcanza, me miro en un quirófano sin cuerpo porque el
cuerpo no está, se va haciendo a medida que es nombrado, es simbólico. “No soy
Ignacio, soy Lucía.” “Qué voy a hacer si mi mamá se muere?”
Los avatares se plantean densos, rebuscados, polisémicos.
Nunca nadie nada.
Nunca devenimos más que aquellxs pequeñxs que juegan con la
pelota gigante, con la cinta de saltar, la viborita, las corridas, la Pica.
Aquella infancia vivida, aquella debida infancia de quienes fuimos otra cosa
más que infantes, aquellos momentos de percepción del peligro, aquel devenir
cuerpo y fragilidad pura. Y las cintas rojas, al igual que el circulo del piso,
delimitando el espacio lúdico, el espacio corporal, el símbolo de las tres, de
todas, de nosotrxs.
Un búsqueda de sinceramiento que es revelación de la fatal
imagen, mostrada, señalada sólo por el espejo del otrx. Quien es?
quien soy? Porque la anécdota es parte de lo que importa? porque decirnos
es violentarnos? Y si nadie dice, que hay? Pensaba en esa frase “a
lo feo hay que darle amor” (ahora no la recuerdo exactamente) Y Virginia
contemplando la plantita que si no le hablan no crece, se seca, se marchita,
porque nadie le habla, porque nadie la mira. Porque detrás de todo esto la
lucha es por el reconocimiento. Es una lucha a muerte en el devenir amo o
esclavo de nuestras propias palabras y de las miradas. La mirada es la que
sostiene, la que crea el mundo que verdaderamente existe, o incluso el que imaginamos.
Y la que construye la mirada propia, la interna. Esa por la cual nos hacemos
objetos a nosotrxs mismxs de amor, de amor propio. Como es posible esto en un
mundo de por sí, las imágenes sean más reales de lo que podemos percibir que
son? “Vos, te acostarías conmigo?”
Yo ayer en “Vacías” sostenía la mirada al principio con una
distancia al parecer estético-placentera, como cualquiera que ve un objeto
llamado “de arte”, una re-presentación de un dilema, de una problemática en
forma de arte dramático, en forma de acto , palabra y convivio. Pero después (y
eso es lo anecdótico) me fue pasando como al pequeño Marcel en En Busca
del Tiempo Perdido cuando ve por primera vez a su actriz (ya en esa
instancia “favorita”, aunque el sea sólo un niño y fuera la primera vez que lo
dejaban ir al teatro) La Berma, interpretando a Fedra de Racine. No puede ver
más que a la Berma, y su interpretación de Fedra queda en otro plano, de hecho
él, conociendo la tragedia incluso al nivel de poder citarla, no puede salirse
de “ver” a la Berma, no puede ver el hecho estético porque esta
obnubilado por la figura de la Berma, con esa mirada de niñx. Pensaba que verla
a Vida ayer fue así, por lo menos al principio, fue una mirada de niñx, fue un
límite donde la creación del personaje y de la “cuestión” fue en un
increscendo, fue poniéndose cada vez más en Ese lugar de trasposición del
sentido, era Ana María, pero también ella era Virginia, y Lucía. Entonces no
era ninguna. YA NO era Vida, era Ana María, y pintaba para ver si algún día,
podía llegar a “verse”. No era Fedra, era Berma, todo el tiempo. Pero Fedra era
Vida. Porque lo “real” a ser representado ya tenia a su vez otro “real” y asi
al infinito.
Y a medida que los minutos pasaban algo se abría adentro,
algo se miraba desde afuera y desde dentro, porque cuando una de “ellxs”
hablaba, me hablaba. Cuando una de ellas decía algo, yo lo decía. El misterio
de lo femenino era eso, un misterio. Una pregunta abierta por el ser, ante el
olvido del ser y por el olvido del ser.
Y las revistas-máscaras eran las tres dichas por otrx. Era
la re-creación del acto de ser leídxs, era la dimensión que devolvía nuestra
realidad, incluso nuestra corporalidad dicha. Y contra-dicha.
Entonces la creación de un sentido se limita a las
posibilidades del lenguaje. Pero en forma más primordial, a la posibilidad del
reconocimiento, de un auténtico decir en el ser, y ser en la construcción del
decir. Entonces cadx unx de lxs niñxs , éramos nosotrxs, era yo. La
ficción tuvo su lugar, como quien crea un espacio terapéutico, una salida en lo
inusitado, como quien cree en la posibilidad de una isla, pero que también
puede crear puentes, salidos del sí mismx, hacia todxs lxs otrxs. Lo personal
es político, y lo ficcional también.
“Vacías”, entonces? No. Habladas, pensadas, amadas, por las
miradas que otrxs nos devuelven y que a su vez, nosotrxs devolvemos, hacemos.
Por los lazos a construir, por todo lo que deviene. Un grito de esperanza nos
envuelve, nos hace participes de todo cambio.
La pregunta de Quien es? es Quien soy? y sobre todo Qué
es el amor?
Una Vida para responderlo.
VACIAS… (Por Gaby Binder * TRANSLABURO)
Día de la primavera, noche de la primavera, lluviosa y algo fría...lugar:
Teatro "La Ranchería" (México al 1100), un lugar cálido y muy
amable,(amo los lugares así),en donde podes tener un contacto casi más directo
con el escenario y los artistas, el teatro lleno (da alegría ver una sala
llena),no importo para nada las inclemencias climáticas.
VACIAS es una obra intensa adulta, fuerte, perdí noción del tiempo al entrar pero calculo más
de una hora, en donde las tres actrices tienen un desempeño tremendo, de
entrega absoluta,(en todo momento están las 3 en escena, ya sea actuando o
interactuando).
Con VACIAS vas conociendo la naturaleza de cada personaje, y
recorres cada sentimiento, cada alegría, cada verdad revelada, cada tristeza, vas
acompañándolas, hay que estar con todos los sentidos en todo momento bien
puestos, la obra necesita un espectador atento, que no pierda detalle de nada…
Paula Díaz Martina, maneja tiempos y tonos de voz muy
seductores, casi podría afirmar que tiene parlamentos largos de recordar y los
transita con cómoda naturalidad, tiene
partes muy emotivas y muy fuertes y otras sarcásticas que quedan impecables.
Checha Kadener, es la última en entrar en escena, y es casi
la encargada de las partes mas graciosas de la obra, su personaje requiere amor
y ternura, lo pide, es frágil, pero es el medio entre los otros personajes, los
une...
Vida Morant, es artísticamente como seria Gago en el plano futbolístico
me permiten esta chusca comparación, está
arriba, en el medio y abajo, cuida, mantiene, incita, es una musa, se encarga
de llevarte por todos los planos de la obra, conoce el escenario a la perfección,
los tonos de voz, los tiempos...
VACIAS es una obra seria, con toques de actualidad y humor, un
espectáculo total, la parte central cuando los tres personajes femeninos
vuelven en cierta forma a su infancia, jugando con una gran pelota o saltando a
la soga, es un momento muy emotivo, muy tierno.(solté lagrima),la música ayuda
a que todas volvamos en cierta forma a nuestros momentos felices de la
infancia.
Tres actrices que se desviven en la obra, caminan el
escenario y lo conocen palmo a palmo y que como les comentaba luego en el hall del
teatro, si debo hacer una lista para el súper de 4 cosas me olvido dos...ellas están
1 hora con parlamentos súper largos y dificultosos de recordar, como si
estuvieran leyendo el guion en un machete invisible, tan poético y mágico como
lo es el teatro.
Mi agradecimiento a VACIAS...y en lo personal, a la Morant, ya
que me emociona y me enorgullece ver a una chica trans, una amiga en el
escenario...
Yo volví feliz, sabiendo que había sido un granito de arena
en algo hermoso, la obra de Morant-Martina-Kadener, me había picado en el
alma...
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